Dudo que las individuos por si solos tengamos maleficas intenciones con respecto al resto de los hombres, pero una vez organizados en corporaciones, sin querer darnos cuenta, y para poder veranear con la familia, envenenamos al mundo. Los gobernantes "reinas por un dia" sucumben ante los sobornos de nuestras empresas, cuyos avances les son atractivos en el ambito de su pobre preparacion, huerfana de sentido comun. Los poderosos asisten al proceso con calculada paciencia.
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